1- Mantente hidratada: un vaso de agua con el zumo de medio limón al levantarte te ayudará a elimitar toxinas y además también ayuda a no retener líquidos. Aparte es importante beber 2 litros diarios de agua al día (incluida el agua de las sopas, tés, etc.) ya que esta también ayuda a controlar el apetito.
2- No saltarte ninguna comida: está demostrado que saltarse alguna comida es contraproducente, pese a que mucha gente piense que con ello bajará más rápido de peso. Tomar un buen desayuno te aporta energía para el resto del día y evita que te hinches a comer más adelante. Debes incluir proteínas magras (huevo, jamón, queso fresco, yogur descremado...), carbohidratos ricos en fibra (pan o cereales integrales), vitaminas (frutas y zumos) y pequeñas cantidades de grasas saludables (nueces o almendras). Aquí tienes tres opciones:
• Cereales integrales con fresones y yogur descremado; tres nueces y té o café con leche descremada.
• Manzana con queso fresco, seis almendras, tostada integral con miel y té o café con leche descremada.
• Tortilla francesa (con un hilo de aceite) sobre tostada integral. Bol de piña o de uvas y té o café con leche descremada.
3- Empieza todas las comidas con una ensalada verde: ya que esta tiene muchos nutrientes y además llena el estómago.
4- Reduce el tiempo de televisión diario. Puedes optar por dar una paseo antes de cenar y evitar de este modo las visitas al frigorífico. Además de ser muy saludable, te calmará el apetito y el estrés y beneficiará tu circulación
5- No olvides tus dos manzanas cada día: es una fabulosa fuente de pectina (fibra soluble), que aporta sensación de saciedad. Según un estudio norteamericano, cinco gramos de pectina mantienen satisfecha a una persona durante cuatro horas. Además, ayudan a combatir el estreñimiento, eliminan toxinas, perfuman el aliento y protegen el pulmón.
6- Espera 10 minutos antes de lanzarte a la cocina a por algo que picar. Los ataques de hambre suelen durar este tiempo, tras el cual se clama la sensación y disminuye la ansiedad. Si no eres capaz de evitarlos, cambia el chocolate por una manzana, o busca alternativas como preparar zumos de frutas y otras recetas saludables, que clamarán tu hambre y distraerán tu apetito.